sábado, 30 de junio de 2012

Arriba los gatos

¿Porqué los gatos son mejor compañia?
  • Los gatos pueden ir al baño solos
  • Se bañan ellos solos
  • Comen menos que los perros 
  • Matan ratones
  • Son divertidos
  • Aman ser chineados
  • No hay que sacarlos a pasear
  • A diferencia de los perros se acercan a tu pierna con cariño
  • Siempre caen de pie
  • Son juguetones.

Sabías que....

 Si un gato levanta la cola y la mantiene totalmente estirada hacia arriba, significa que está saludando

Si un gato te lame las manos, la cara o el cabello, tómalo como un gran cumplido: está acicalándote como a uno de los “suyos”.

Si un gato guarda su cola entre las patas traseras, significa que ha aceptado una derrota o que está siendo sumiso. 

Contrariamente al resto del mundo, en algunas zonas de Asia los gatos negros se consideran de buena suerte.

Cuando un gato se frota contra ti, es porque te está marcando como parte de su territorio

Los gatos generan alrededor de 16 ronroneos por segundo.

Cuando los gatos se sienten amenazados, se ‘esponjan’ para aparentar ser más grandes de lo que en realidad son.

La superstición cuenta que escuchar el estornudo de un gato es de buena suerte.

El ronroneo de los gatos tiene la capacidad de tranquilizarlos a sí mismos cuando están enfermos o asustados


 Incluso algunas celebridades prefieren gatos....




sin pareja y feliz

Estar sola y sin compromiso no d ebe de ser sinónimo de tristeza, es la oportunidad perfecta oara vivir intensamente y tener experiencia positivas además de conocer gente. Prueba de ello es que soltera puedes:
  1. Puedes acostarte cuando quieras.
  2. Las navidades salen más baratas
  3. Ver más a tus amigas
  4. Puedes coquetear sin arrepentimiento.
  5. Es más facil seguir dietas
  6. Se puede jugar con los hijos de las amigas sin complicar las cosas teniendo que demostrar que buena madrepodria ser
  7.  Puedes ver las peliculas y series que quieras sin tener que ceder el control
  8. Puedes quedarte todo un fin de semana en la cama
  9. Puedes sucumbir a la emoción de un momento solo por vacilar
  10. No tienes que fingir que te agradan los amigos de nadie 
  11. Puedes hacer planes el fidn de semana sin remordimiento de que no lo vas a ver
  12. Puedes reinventarte 
  13. Puedes llevar el curso o la clase que siempre has querido 
  14. Ahorras más
  15.  Puedes decorar la casa
  16. Puedes viajar
  17. Aprender algun idioma
  18. Aprender a cocinar.

jueves, 28 de junio de 2012

  Como primera entrada de mi blog quiero compartir la historia de los sentimientos.


Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la Tierra todos
los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el aburrimiento había bostezado por tercera vez, la locura, como siempre tan loca, les
propuso: "¿Jugamos al escondite?". La intriga levantó la ceja intrigada
y la curiosidad, sin poder contenerse, preguntó: "¿Al escondite?
¿Y cómo es eso?". "Es un juego -explicó la locura- en el que yo me
tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras
ustedes se esconden. Y, cuando yo haya terminado de contar, el primero de
ustedes al que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego".

El entusiasmo bailó secundado por la euforia. La alegría dio tantos
saltos que terminó por convencer a la duda e, incluso a la apatía, a la
que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar; la
verdad prefirió no esconderse, para qué, si, al final, siempre la
hallaban; y la soberbia opinó que era un juego muy tonito, pero en el
fondo, lo que le molestaba es que la idea no hubiese sido suya. Y la
cobardía... la cobardía prefirió no arriesgarse.
"Uno, dos, tres...", comenzó a contar la locura.

La primera en esconderse fue la pereza que, como siempre, se dejó
caer en la primera piedra del camino. La fe subió al cielo y la envidia
se escondió tras la sombra del triunfo que con su propio esfuerzo
había logrado subir a la copa del árbol más alto. La generosidad casi no
alcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso
para alguno de sus amigos: que si un lago cristalino, ideal para la
belleza; que si una rendija de un árbol, perfecto para la timidez; que
si el vuelo de la mariposa, lo mejor para la voluptuosidad; que si
una ráfaga de viento, magnífico para la libertad. Así que terminó por
ocultarse en un rayito de sol. El egoísmo, en cambio, encontró un
sitio muy bueno desde el principio; lo encontró ventilado, cómodo... pero
eso sí, sólo para él. La mentira se escondió en el fondo de los
océanos, ¡mentira! en realidad se escondió detrás del arco iris. Y la pasión y
el deseo en el centro de los volcanes. El olvido... ¡se me olvidó dónde
se escondió! pero, bueno, eso no es lo importante.

Cuando la locura contaba 999.999, el amor aún no había encontrado
Sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores.

"Un millón" contó la locura, y comenzó a buscar. La primera en aparecer
fue la pereza, sólo a tres pasos de la piedra. Después escuchó a la fe
discutiendo con Dios en el cielo sobre teología. Y la pasión y el deseo
los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a la
envidia y, claro, pudo deducir dónde estaba el triunfo. Al egoísmo no
tuvo ni que buscarlo, él solito salió disparado desde su escondite, que
había resultado ser un nido de avispas.

De tanto caminar sintió sed y, al acercarse al lago, descubrió a la
belleza. Y con la duda resultó más fácil todavía, pues la encontró
sentada sobre una cerca sin decidir aún de qué lado esconderse.

Así fue encontrando a todos: la mentira detrás del arco iris, ¡mentira!
si ella estaba en el fondo del océano; y hasta el olvido, al que ya se
le había olvidado que estaba jugando al escondite. Pero, sólo el
amor no aparecía por ninguna parte. La locura buscó detrás de cada
árbol, bajo cada rolluelo del planeta, en la cima de las montañas; y,
cuando estaba por darse por vencida, divisó un rosal y sus rosas, y tomó
una horquilla y comenzó a mover sus ramas. Cuando, de pronto... un
doloroso grito se escuchó, Las espinas habían herido en los ojos al
amor.
La locura no sabía qué hacer para disculparse: lloró, rogó, imploró,
pidió perdón y hasta prometió ser su Lazarillo.

Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en
la Tierra, el amor es ciego y la locura siempre le acompaña